domingo, 8 de mayo de 2016

Madres y herencias

María heredó su pasión por la cocina. Carmen aún nos deja lecciones con su entereza. Diana abrió las puertas a los sabores de María y sumó nuevos sabores a la cocina. Lidia tenía un gran corazón, y nos enseñó si duda bondad. Cada una de ellas heredó, construyó, y heredó nuevamente. Pasaron noches en vela, despertaron a media noche preocupadas, sonrieron y lloraron, se agotaron después del primer parto, y se levantaron de la cama al día siguiente a pesar del dolor con una fuerza que solo tener un hijo o una hija puede explicarlo, y aún así tuvieron otro u otra. Ellas, educaron a su manera, algunas veces con rigor y otras con dulzura, educaron siendo sabias y muchas veces torpes, dieron sus alegrías y muchas sus tristezas. Algo de eso llevamos ahora en nuestro andar, algo de ellas nos dice que hacer y que no hacer en esto que llamamos ser madres. Felicidades a todas, a nuestras herederas y las que ahora heredamos.

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