martes, 26 de abril de 2016

La ballena de loa abrazos

Mis hijos subían y bajaban de la panza de mi padre, no hay duda, era definitivamente una hermosa ballena. También colgaban de su espalda, y ahí se sentaban con mucho placer, él disfrutaba de tener a sus nietos encima de su cuerpo, agachaba su cara mientras un niño de 4 y una niña de 5 años subían y bajaban sin cesar mientras él simulaba hacer una siesta. Rafa también disfrutaba de darle abrazos, a esa ballena era hermoso darle un gran abrazo. Y yo, sin duda recuerdo esos abrazos, me quedaban cientos de brazos entre su larga cintura, y ese sentir de dos grandes manos que cuidaban de mi vida. Sin duda mi padre, Luis, se dejó querer y nos dejó quererlo, y en eso que llamamos vida cerró varios ciclos que un día como hoy le dieron vida. Abrazos a la vida de quién nos dio vida, y en su compleja vida dejó siempre cabida para la ternura.

jueves, 21 de abril de 2016

Del invierno a la primavera


Las luz empiezan a ganarle espacio a la oscuridad, y el día, con paso lento tiende a ser más largo. El calor se escabulle poco a poco entre la tierra, y quita terreno al frío que hace un par de días no dejaba florecer las hojas. Por las mañanas el silencio es remplazado por un canto de pájaros que cada día cantan más temprano. La tarde también le roba espacio a la noche, y la noche de las 5 se traslada a las 9. Hay un cielo amplio y azul que deja verse, y que despierta caminatas soñadoras. Una vez más aprendemos a decir adiós al frío, y abrimos la mente para acariciar un poco de luz y calor. El abrigo de invierno cuelga aún cerca de la salida por si el invierno regresa a despedirse.