Lampedusa
está en las noticias. Lo que pasa ahí es sencillamente una tragedia que se
viene anunciando desde hace meses, pero pocos protestan. 700 muertos en un día,
una masacre en el silencio. ¿Quiénes son los culpables? Una pregunta difícil de
responder. Africanos y pobres, parecen importar poco, sólo cuando se mueren a
cientos. Las embarcaciones que
intentan cruzar el mar son una
tragedia, merecen atención, tienen un transfondo político y social. Y merecen
como tantas otras muertes una vela encendida, un minuto de silencio, un grito
en los medios de comunicación, para convertirse en símbolo, para no quedar en
el olvido.
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