martes, 4 de agosto de 2015

La expresión de lo nuevo en lo cotidiano

La escritora Karin Amatmoekrim es una surinamesa-holandesa, una emigrante a pesar de vivir acá desde sus 4 años, ahora tiene 38. En una entrevista (Volkskrant, 4 augustus) relata un pasaje interesante. Dice que se fue de vacaciones a esquiar a Suiza con los amigos de su esposo, un americano-holandés. Su esposo y sus amigos hacen deporte de invierno desde su niñez, para ella era la primera vez. Ella no se atrevió a saltar con su "snowboard" desde las montañas suizas mientras los amigos de su esposo nadaban como peces en el agua (fría). En la noche, durante la tertulia, uno de los amigos le dijo a Karin que probara alguna vez algo nuevo (esto en relación a que no se atrevió a esquiar). Ella dice que en ese momento explotó, que ella venía del otro lado del mundo, había vivido en los barrios de obreros en Holanda y que había visto todos los lados de este país, y que ahora estaba ahí en Suiza, donde ellos han esquiado toda la vida, y se atreven a decirle que debe de probar algo nuevo, cuando en realidad lo que hacía ya era nuevo. Un relato interesante que puedes posicionar en muchas situaciones de migrantes. Lo normal para unos es para nosotros algo totalmente nuevo, y cada día estamos haciendo cosas nuevas que son normales para los otros, como este complejo idioma. Con cariño para tantos más migrantes que aprenden a diario, yo por mi parte sigo sigo sin ser fan de los deportes de invierno, las vacaciones tienen para mí un signo enorme de sol. Y como muchos, aún tengo una lista larga de cotidianidades que aprender.  

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