En mi
memoria queda una mujer delgada, larga y de ojos vivos. Sin duda de un carácter
fuerte y con mucha dulzura a la vez. Su energía era vibrante, y casi todos nos quedábamos
atrás. Recuerdo que se levantaba a las 5 de la mañana y salía a correr, regresaba
y con música de Silvio y Pablo levantaba a media casa, se bañaba, y a las 6:30
iba para el instituto. Fue buena estudiante e iba a la cabeza de diferentes movimientos
sociales. Cortó café, contó algodón, se enamoró y se fue a hacer lo que en aquel
entonces llamamos revolución, y que terminó en cualquier otra cosa menos
aquello que soñaba. Sin duda vivió con intensidad, con amor, la amamos y nos amó,
y hoy toca recordarla, y pese a la tristeza que causa su ausencia, la guardo en
mi corazón con amor y también con mucha alegría. En honor a Tamara Melara
Minero, mi hermana.
Lo cotidiano es lo de todos los días, intranscendental, parece, pero es el proyecto que llamamos vida. Sobresaltos a veces, esporádicos, pero también de este quehacer de la vida.
viernes, 29 de julio de 2016
martes, 26 de julio de 2016
Bolaño y El Tercer Rich
El Tercer Rich de Bolaño (1989) se deja leer. Avanzas y quieres más. Un relato que contrasta mundos. Y representa con mucho atino comportamientos que podrían atribuirse sin duda a un Alemán ó un Español. El personaje principal busca en situaciones sin sentido, sentido. Y se fascina por situaciones extremas, él se construye en sí como un extremo: toma, está pálido, juega y deja un mundo de relativa seguridad por la sin razón. Al llegar a las últimas páginas dejé el libro por un par de días, sin duda quería saber el final, pero una extraña y anticipada melancolía por la ausencia de tal relato retenía su lectura. A veces pasa, y los relatos de Bolaño puede crear esas emociones.
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