En complemento al Artículo de Miguel Cruz, Rosarlín hace una reflexión muy interesante sobre la violencia en El Salvador. Su reflexión es más cotidiana, más personal. Coincido con ella en muchos puntos. Por ejemplo, como podemos seguir viviendo entre tantos muertos, cómo podemos dejar pasar día a día la violencia sin decir (casi) nada a cambio.
No estoy segura sobre su reflexión entorno a las realidades paralelas. Creo que simplemente estamos metidos en esa realidad, tratando de que no nos salpique, acostumbrándonos a ella, hasta que un día, no muy lejano, por una u otra razón circulamos en la espiral de la violencia. Cuando investigaba sobre el tema de uso y postración de armas, recuerdo haber hablado con varios amigos que portaban una, conozco gente que porta cuchillos de manera "preventiva", y gente que no dudaría en usar la violencia de ser necesario. Y en situaciones más sencillas: gente que te echa el carro porque es la norma, compañero de trabajo que te chantajean porque lo necesitan, gente que maneja borracha porque es algo normal, gente que mata por una gallina, madres y padres que les pegan a sus hijos. La violencia, con sus matices y sus diferentes dinámicas pernea nuestra sociedad, sin lugar a dudas, y es una realidad de las que somos parte.
http://www.laprensagrafica.com/2015/09/06/realidades-paralelas
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