En general el fútbol me interesa poco, aunque sé que es una de los deportes que genera más emociones y que construye férreas identidades sociales, en mi país en el pueblito más refundidos hay seguidores del Barcelona y del Real Madrid. Y sobre todo es un tema político y económico. Aun así le pongo poca atención, y eso que tengo alguien que lleva la agenda precisa. Ahora que se habla de la independencia de Cataluña de España, y que la discusión se torna más concreta en cuanto a una posible elección, el fútbol vuelve a salir a la mesa. ¿Qué va a pasar con el BC? Algunos sostienen que si Cataluña no es más parte de España pues tampoco entrará a la Unión Europea. La independencia de Cataluña es un tema complejo y de larga data. Sería extraño ver a España sin Cataluña y viceversa, y al Barcelona sin la Liga, y al revés. Pero mirando la historia de la humanidad podemos ver que las fronteras políticas se reconstruyen de tiempo en tiempo. Eso sí, habrá que ver bajo qué negociaciones se hace y qué poderes imperan, y seguro que el capital del fútbol inventará una nueva estrategia para generar pasiones, algo casi como amores y odios aguerridos entre Messis y Ronaldos. Eso sin quitar lo hermoso que puede tener también el deporte en sí mismo.
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