Mientras
veo pasar las nubes desde la ventana y escucho el viento que se desliza
tormentosamente entre los árboles pienso en los contraste en significado y
percepción sobre la Semana Santa. Mientras la casa de mi abuela despide un
aroma a torreja en miel, acá los huevos pasan a ser el menú de la semana. Una
mezcla pagana y religiosa envuelve la vida salvadoreña: playa, alfombras,
calor, cervezas, sol, vacaciones y para algunos la pasión de Cristo. En Holanda
el huevo como símbolo abarrota el comercio: huevos de chocolate, huevos para
pintar y esconder, huevos para el desayuno, y algunos creyentes viven seguro la
pasión de Cristo también. Si pudiera hace magia me gustaría esconder un huevo chocolate
y al abrirlo encontrar una torreja en miel de esas de la tía Ani. Y me iría volando en una nube de viento tormentoso hasta llegar a la playa y pasar esta semana frente al mar y el sol.
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