Lo cotidiano es lo de todos los días, intranscendental, parece, pero es el proyecto que llamamos vida. Sobresaltos a veces, esporádicos, pero también de este quehacer de la vida.
miércoles, 23 de diciembre de 2015
Distancias y herencias
Mi madre y sus hermanas preparaban de antemano el menú, la comida era el tema principal para reunir a la familia. Pasaban días pensando en el menú, los ingredientes, las compras para la comida y los pasos adecuados y prácticos para la cocinada. Recuerdo un par de Gallos en Chicha que María Inés hacía como ninguna, Gallinas Indias que fuimos a buscar a Santo Tomás, los Tamales dulces y salados (estos los compraban), el cerdo en Ciruelas que caracterizaba a una de mis tía, o el Pavo en salsa Criolla que conseguía siempre otra de mis tías. Ahora que mi madre no está, la cosa sigue casi igual, extrañamos sus postres y su sonrisa, pero hay un par de cocineros sumados a la familia. Así es la vida, avanza en tradiciones y nuevas propuestas, los viejos nos dejan sus recuerdos, mi bisabuela lo hizo con mi madre. Este 24 estoy lejos y cerca, lejos en distancia, cerca de mis herencias.
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