Lo cotidiano es lo de todos los días, intranscendental, parece, pero es el proyecto que llamamos vida. Sobresaltos a veces, esporádicos, pero también de este quehacer de la vida.
viernes, 26 de febrero de 2016
Niños y niñas refugiados, una generación perdida ¿Qué podemos aprender de los conflictos?
En una investigación sobre niños y niñas refugiados se sostienen que dicha niñez se va a convertir en una generación perdida. Dicho argumento se basa no sólo en el trauma y los efectos de la guerra y el proceso de migración de dichos niños, sino también en los años perdidos que les tocará estar en los albergues en Europa debido al drama burocrático. En mi barrio hay una pareja que pasó 11 años en un centro para refugiados. Sin duda estar en un centro tiene ventajas: no hay guerra, no hay que huir, el sentido inmediato de vivir en peligro disminuye, y tantas absurdidades y dramas que conlleva la guerra. Sin embargo, la función inmediata y transitoria que deberían tener, se convierten en una situación compleja para los refugiados quienes viven en condiciones limitadas y con falta de perspectiva para un futuro. Es probable que en términos económicos y educacionales estos niños y niñas refugiados no respondan en un futuro a las exigencias del mercado y la sociedad europea. Sin embargo espero que aprendamos algo de ellos, y nos enseñen un poco sobre los conflictos, y que su conocimiento sobre el drama, la dureza de la vida, el precio de la burocracia, y la fuerza interna que ellos llevan para sobrellevar el día a día, se convierta en conocimiento social y político.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario