La
evaluación moral sobre los migrantes que ingresan desde África a Europa crece
desde ciertos sectores con valoraciones e historias de descrédito asentando las
bases de un proceso de polarización. La construcción del otro genera miedo, el
otro aparece como la expresión misma de todo mal. Las expresiones de
descalificación se asientan en argumentos típicos como el de musulmanes versus
el mundo occidental, o expresiones más comunes como el sentimiento de
injusticia que implica otorgar un lugar físico a los migrantes en lugares que
antes pertenecían a personas de la tercera edad, y que con las reformas del estado
de bienestar han sido ocupados para otros fines. Pese a muchas muestras de solidaridad, y acciones
concretas de muchos estados Europeos, este discurso político está ganando
adeptos, tensiona y polariza día a día la vida cotidiana de estas sociedades, este discurso merece sin duda atención para disminuir en un futuro relaciones polarizadas.
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