Desde
hace mucho tiempo el rumor juega un papel central en la política salvadoreña. Y
desde hace varios meses ejercicios de violencia se comunican vía rumores. Tal
es el caso del rumor que circulo sobre posibles asesinatos de mujeres y el
color del pelo. Los rumores algunas veces son ciertos, se convierten en
acciones concretas de violencia, y otros quedan en puros rumores. Que los
rumores sobre actos de violencia tenga un peso en la sociedad salvadoreña
depende de varios factores: falta de información concreta y coherente desde las
instancias responsables, miedo de un colectivo que tiene como referente un
pasado, incertidumbre, desconfianza, entre otros. Según varios periódicos
locales el transporte público fue hoy paralizado por las pandillas, y han sido
asesinados hasta ahora 5 motoristas de diferentes unidades de transporte. Entre
rumores y violencia la sociedad salvadoreña se encuentra hoy paralizada. Si las
pandillas llevaron acabo esta acción, su poder es impresionante. Si los rumores
llevaron acabo esta acción su poder también es impresionante, el pánico y el
miedo están metidos en nuestros huesos. Y definitivamente, el gobierno pierde día
a día control y terreno sobre el ejercicio de la violencia, que en principio debería
de ser uso legítimo sólo de este y bajo determinadas circunstancias.
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