Santo
Dulce de Camote: que bueno que la nostalgia existe. Nos lleva a veces a tomar
acciones que conectan y construyen puentes desde el pasado hasta el presente, y
sin duda para el futuro. Hace más de una año que no veía a una buena amiga y su
familia. En carro, vive a 20 minutos de mi casa, pero la cotidianidad de la
vida llena la agenda y deja poco espacio para otras cosas de la vida. Y entre dulce
de camote, Semana Santa, El Salvador y una aparato electrónico se nos hizo el
Santo de vernos, por que hay que reconocer que la amistas es un genial milagro,
construido de nostalgias pero fundamentalmente de muchas conexiones y
esperanzas.
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