Lo cotidiano es lo de todos los días, intranscendental, parece, pero es el proyecto que llamamos vida. Sobresaltos a veces, esporádicos, pero también de este quehacer de la vida.
miércoles, 25 de mayo de 2016
Palo Santo, Wanchako
Ayer fue a un seminario de hacienda, y entre impuestos, costos, pagos y complejas declaraciones de impuestos me encontré con una chica que importa incienso del Perú: Palo Santo. Ella me dio una prueba, que ya repartí entre varias amigas y estudiantes, lo hermoso de Palo Santo es que remplaza energía negativa por positiva, y no se si es sugestivo o qué, pero a pesar de la mala noche me siento bastante contenta, Palo Santo ya hizo sus primeras conexiones.
domingo, 22 de mayo de 2016
En busca de fosas clandestinas y la compleja situación de la violencia
La foto retrataba la parte de atrás de un pick-up con un grupo de hombres, el de en medio llevaba una pala. La mayoría de hombres superaba los 50 años, entre ellos habían un par de jóvenes. Casi todos parecían campesinos: camisa de manta, sombrero ó cachucha, un morral que les colgaba en medio del cuerpo, pantalones que caen con un ruedo enorme sobre sus zapatos. Viajaban con protección policial, en México como en muchos lugares de Centro América, la policía puede ser un aliado o un enemigo, las líneas son difusas. El grupo tenían algunas coordenadas del lugar, la Fiscalía ya había dejado huella. Y decidieron buscar, como campesinos saben leer el terreno y las huellas que otros dejan en este. Y encontraron, la pala y otras herramientas les sirvieron para escarbar. Ahí estaban los restos, restos y más restos. No sabían de quienes eran, pero ahora al menos sabían que ahí habían algo, una pista, un comienzo para investigar. México, al igual que Centro América, están inmersos en una situación de violencia, y hay por todo el territorio fosas clandestinas. Grupos como estos hay en muchos lugares, que van a buscar, se arriesgan tratando de encontrar lo perdido, y tratan de evidenciar una práctica que pasa desde hace ya muchos años.
Ausencias (2014): México y la violencia
Ausencias
(2014) de Tatiana Huezo está bien hecha, la luz, la fotografía, y sin duda, el
tema central: la historia de Lulu como expresión de tantas otras historias de
violencia en México y el mundo. El tema de desaparecidos en México no es reciente,
America Latina tienen una historia larga de desapariciones forzadas y crímenes,
tanto en época de dictaduras como en los tiempos de la llamada democracia.
Pero hay
algo que falta en Ausencias, sensación que no me quedó con El lugar más pequeño
(2011), y son: razones, ó al menos especulaciones sobre las razones. La
violencia de las dictaduras en los 70 (Argentina, Chile, Nicaragua) 80 (El
Salvador) y aún en los 90 (ver
caso Guatemala) tenían (en muchos casos) razones políticas, la desaparición de
cientos de estudiantes, políticos, obreros, campesinos, niños y niñas,
respondían en parte a practicas políticas de estas dictaduras. Pero en
Ausencias ¿A qué responde esta violencia qué parece sin sentido? ¿Por qué
desapareció el esposo y el hijo de Lulu? Tatiana Huezo nos deja esta
interrogante. Y sin duda la respuesta es compleja.
domingo, 8 de mayo de 2016
Madres y herencias
María heredó su pasión por la cocina. Carmen aún nos deja lecciones con su entereza. Diana abrió las puertas a los sabores de María y sumó nuevos sabores a la cocina. Lidia tenía un gran corazón, y nos enseñó si duda bondad. Cada una de ellas heredó, construyó, y heredó nuevamente. Pasaron noches en vela, despertaron a media noche preocupadas, sonrieron y lloraron, se agotaron después del primer parto, y se levantaron de la cama al día siguiente a pesar del dolor con una fuerza que solo tener un hijo o una hija puede explicarlo, y aún así tuvieron otro u otra. Ellas, educaron a su manera, algunas veces con rigor y otras con dulzura, educaron siendo sabias y muchas veces torpes, dieron sus alegrías y muchas sus tristezas. Algo de eso llevamos ahora en nuestro andar, algo de ellas nos dice que hacer y que no hacer en esto que llamamos ser madres. Felicidades a todas, a nuestras herederas y las que ahora heredamos.
lunes, 2 de mayo de 2016
Aquel hombre la sonrisa y la cámara
Desde
hace años lo veo rondar por mi barrio, casi siempre lleva una gorra, una
sonrisa y una cámara. Camina despacio como buscando algo, no sólo por encontrar
el momento perfecto del objeto que atraiga su mirada, sino también por el peso
de los años que marcan su andar, tendrá 85 ó más. Ayer estaba en media calle,
creen que se tropezó y perdió el equilibrio. La contusión en su cabeza era
fuerte, por momentos perdió el sentido. Mientras alguien detenía su espalda
para evitar que se durmiera, me senté a preguntarle por su cámara, me vio, y
poco a poco su mirada volvió, y nos tomamos las manos. Así estuvimos hasta que
llegó la ambulancia. Muchos vecinos salieron al paso y ayudaron en el proceso.
Mientras apretaba mis manos con mucha fuerza, algo en él decía “no me sueltes”
y yo sin duda contestaba sin contestar “no te suelto”. Espero volverlo a ver, y
tal vez, tal vez esta vez logremos cruzar un par de palabras.
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